El gobierno del estado “no cumplió con la obligación de proteger y garantizar la vida y la integridad de las personas bajo su tutela”, consideró el centro defensor de los derechos humanos luego de la muerte de una indígena de la Otra Campaña en esa comunidad tzotzil.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (CDHFBC) declaró que en el conflicto de Mitzitón, comunidad tzotzil donde el martes falleció un indígena de la Otra Campaña y cinco más resultaron heridos, el gobierno del estado “no cumplió con la obligación de proteger y garantizar la vida y la integridad de las personas bajo su tutela”, por lo que resulta necesario “deslindar responsabilidades administrativas y penales a los funcionarios y civiles involucrados”.
Ante evidencias de que el trasfondo de la escalada violenta contra los ejidatarios está el rechazo de estos al paso de la autopista San Cristóbal-Palenque”, el organismo considera “urgente que el gobierno rinda un informe detallado” sobre su construcción y que “consulte a los pueblos indígenas que vayan a resultar afectados por dicha obra”.
Según el CDHFBC, el conflicto de Mitzitón, “se originó con la sanción que la asamblea ejidal impuso a dos ejidatarios entre ellos Carmen Díaz López, quien según las autoridades ejidales fue sorprendido utilizando su solar urbano para resguardar personas indocumentadas”.
Debido a ello, Díaz López fue privado de sus derechos agrarios y se le expulsó de la comunidad. “Ante la sanción, éste se dedicó a promover la división en la comunidad aprovechando que pertenecía a la asociación religiosa evangélica Alas de Águila 2000, consiguiendo que los pobladores de Mitzitón que profesan su misma religión se revelaran contra las autoridades tradicionales, dejando de cooperar y realizar trabajos comunitarios, además de matizar el conflicto con la connotación religiosa y hábilmente involucrar, con actuaciones a favor del grupo evangélico, al subsecretario estatal de Asuntos Religiosos”.
En febrero, los ejidatarios “descubrieron que en sus tierras de uso común habían estacas con signos y números formando un callejón”, que resultaron “parte del trazo para la autopista San Cristóbal-Palenque”, ante lo cual los ejidatarios decidieron defender su territorio.
Coincidentemente, “la gente liderada por Carmen Díaz empezó a cercar las tierras que serían afectadas por la autopista. La asamblea ejidal acordó repartir esas tierras de uso común entre personas que aún no tenían tierra y que han cumplido con sus obligaciones comunitarias”.
El 19 de julio, Mauro Díaz Jiménez fue perseguido, detenido y llevado a la casa del pastor evangélico Refugio Díaz Ruiz, del grupo de Carmen Díaz, “en donde lo amenazaron con un machete”. El mismo día, “mientras los ejidatarios se disponían a medir las tierras comunales en el predio Chixtetik” fueron agredidos por el grupo de este último.
El día 20 se llevaría a cabo una asamblea en la comunidad “en la que se podría dar una agresión”, por lo cual el CDHFBC “solicitó a la subsecretaria de Gobierno medidas precautorias”. Esa noche, ejidatarios de Mitzitón fueron agredidos por el grupo de Carmen Díaz con disparos, y el día 21 “ejidatarios comisionados para medir los terrenos” fueron interceptados a tiros.
Posteriormente, desde una camioneta Chevrolet azul les dispararon con AR-15, y el vehículo atropelló a los ejidatarios, dejando un muerto y cinco heridos. San Cristóbal de las Casas, Chis./Hermann Bellinghausen (La Jornada)
Ante evidencias de que el trasfondo de la escalada violenta contra los ejidatarios está el rechazo de estos al paso de la autopista San Cristóbal-Palenque”, el organismo considera “urgente que el gobierno rinda un informe detallado” sobre su construcción y que “consulte a los pueblos indígenas que vayan a resultar afectados por dicha obra”.
Según el CDHFBC, el conflicto de Mitzitón, “se originó con la sanción que la asamblea ejidal impuso a dos ejidatarios entre ellos Carmen Díaz López, quien según las autoridades ejidales fue sorprendido utilizando su solar urbano para resguardar personas indocumentadas”.
Debido a ello, Díaz López fue privado de sus derechos agrarios y se le expulsó de la comunidad. “Ante la sanción, éste se dedicó a promover la división en la comunidad aprovechando que pertenecía a la asociación religiosa evangélica Alas de Águila 2000, consiguiendo que los pobladores de Mitzitón que profesan su misma religión se revelaran contra las autoridades tradicionales, dejando de cooperar y realizar trabajos comunitarios, además de matizar el conflicto con la connotación religiosa y hábilmente involucrar, con actuaciones a favor del grupo evangélico, al subsecretario estatal de Asuntos Religiosos”.
En febrero, los ejidatarios “descubrieron que en sus tierras de uso común habían estacas con signos y números formando un callejón”, que resultaron “parte del trazo para la autopista San Cristóbal-Palenque”, ante lo cual los ejidatarios decidieron defender su territorio.
Coincidentemente, “la gente liderada por Carmen Díaz empezó a cercar las tierras que serían afectadas por la autopista. La asamblea ejidal acordó repartir esas tierras de uso común entre personas que aún no tenían tierra y que han cumplido con sus obligaciones comunitarias”.
El 19 de julio, Mauro Díaz Jiménez fue perseguido, detenido y llevado a la casa del pastor evangélico Refugio Díaz Ruiz, del grupo de Carmen Díaz, “en donde lo amenazaron con un machete”. El mismo día, “mientras los ejidatarios se disponían a medir las tierras comunales en el predio Chixtetik” fueron agredidos por el grupo de este último.
El día 20 se llevaría a cabo una asamblea en la comunidad “en la que se podría dar una agresión”, por lo cual el CDHFBC “solicitó a la subsecretaria de Gobierno medidas precautorias”. Esa noche, ejidatarios de Mitzitón fueron agredidos por el grupo de Carmen Díaz con disparos, y el día 21 “ejidatarios comisionados para medir los terrenos” fueron interceptados a tiros.
Posteriormente, desde una camioneta Chevrolet azul les dispararon con AR-15, y el vehículo atropelló a los ejidatarios, dejando un muerto y cinco heridos. San Cristóbal de las Casas, Chis./Hermann Bellinghausen (La Jornada)
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