La Iglesia católica mexicana abrió las puertas del primer templo santuario por la vida, que está ubicado en el centro histórico de la ciudad de Querétaro
La Iglesia católica mexicana abrió las puertas del primer templo santuario por la vida, que está ubicado en el centro histórico de la ciudad de Querétaro y cuyo objetivo es fomentar la cultura de la vida y que ésta se siga difundiendo con más empeño.
Por eso es que a este templo los feligreses pueden acudir a rezar por el buen alumbramiento, por los embarazos de alto riesgo y por los bebés en riesgo de ser abortados.
También se permite presentar en el templo a los bebés aún en el vientre materno y encomendar o solicitar la intercesión para niños especiales, niños enfermos y para matrimonios que no han podido concebir.
El referido centro religioso inició actividades el 25 de marzo, cuando la Iglesia católica celebra el día de la vida por nacer, informó el vocero de la diócesis en Querétaro, Raúl Ragoytia.
En esa fecha, cuando se celebra el día de la vida por nacer y la fiesta de la concepción, el obispo de Querétaro, Mario de Gasperín, afirmó en su homilía que la vida “es nuestra vocación, nuestro honor y nuestro orgullo”.
Por consecuencia, señaló que ahora que la vida humana se ve amenazada con tantas agresiones y que su sentido y valor se minimiza y distorsiona, es necesario volver a la fuente de vida y dignidad de todo ser humano, que es el seno de María, (porque) nuestro Dios, es un Dios amante de la vida y nosotros los católicos somos el pueblo de la vida y para la vida”.
La diócesis señala: “Este santuario será un lugar de oración y gratitud, de intercesión y ofrecimiento por la vida. Aquí, hombres, mujeres y niños podrán consagrar sus vida y las vidas de los no nacidos”.
Integrantes de la Comisión Diocesana para la Familia, Juventud y Laicos, el Grupo Verdad y Vida, y el Departamento de la Vida en coordinación con la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, organizaron la inauguración.
La sede de este templo de la vida es una capilla adjunta a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en la ciudad de Querétaro, y fue encomendado al cuidado del cura Jorge Valencia García, decano de Santiago.
Como este sitio estuvo abandonado por varios años, la diócesis de la Iglesia católica decidió restaurarla, encomendando el trabajo al dorador-restaurador Salomón Rangel Aguirre. Querétero, Qro./Juan José Arreola (El Universal)
Por eso es que a este templo los feligreses pueden acudir a rezar por el buen alumbramiento, por los embarazos de alto riesgo y por los bebés en riesgo de ser abortados.
También se permite presentar en el templo a los bebés aún en el vientre materno y encomendar o solicitar la intercesión para niños especiales, niños enfermos y para matrimonios que no han podido concebir.
El referido centro religioso inició actividades el 25 de marzo, cuando la Iglesia católica celebra el día de la vida por nacer, informó el vocero de la diócesis en Querétaro, Raúl Ragoytia.
En esa fecha, cuando se celebra el día de la vida por nacer y la fiesta de la concepción, el obispo de Querétaro, Mario de Gasperín, afirmó en su homilía que la vida “es nuestra vocación, nuestro honor y nuestro orgullo”.
Por consecuencia, señaló que ahora que la vida humana se ve amenazada con tantas agresiones y que su sentido y valor se minimiza y distorsiona, es necesario volver a la fuente de vida y dignidad de todo ser humano, que es el seno de María, (porque) nuestro Dios, es un Dios amante de la vida y nosotros los católicos somos el pueblo de la vida y para la vida”.
La diócesis señala: “Este santuario será un lugar de oración y gratitud, de intercesión y ofrecimiento por la vida. Aquí, hombres, mujeres y niños podrán consagrar sus vida y las vidas de los no nacidos”.
Integrantes de la Comisión Diocesana para la Familia, Juventud y Laicos, el Grupo Verdad y Vida, y el Departamento de la Vida en coordinación con la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, organizaron la inauguración.
La sede de este templo de la vida es una capilla adjunta a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en la ciudad de Querétaro, y fue encomendado al cuidado del cura Jorge Valencia García, decano de Santiago.
Como este sitio estuvo abandonado por varios años, la diócesis de la Iglesia católica decidió restaurarla, encomendando el trabajo al dorador-restaurador Salomón Rangel Aguirre. Querétero, Qro./Juan José Arreola (El Universal)
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