El tratamiento de la obesidad en menores requiere la intervención de asesoría nutricional, apoyo psicológico y psiquiátrico, además de valoración por parte de un endocrinólogo.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, a través del servicio de Salud Mental del Hospital de Pediatría, ofrece atención multidisciplinaria para el tratamiento de niños con sobrepeso y obesidad que desarrollan trastornos afectivos como depresión y ansiedad.
Especialistas del área advirtieron que si estos trastornos no se atienden de manera oportuna y adecuada, pueden llevar al menor a comportamientos autodestructivos e incluso a tentativas suicidas.
En el servicio de Salud Mental del Hospital de Pediatría se atiende un promedio de 25 niños de manera mensual con problemas de obesidad y sobrepeso, quienes manifiestan baja autoestima, rechazo y estigmatización por parte de la sociedad e incluso hostigamiento escolar.
El niño tiene una baja percepción de sí mismo y eventualmente se siente perdedor, poco inteligente, feo, e incluso desarrolla un autorechazo que lo hace aislarse por temor a ser objeto de burlas.
Aunado a esto, los menores con problemas de peso son doblemente victimizados o maltratados por sus propios padres, que ignoran que el niño está en un riesgo latente y de alguna forma incurren en el descuido al no vigilar la alimentación de sus hijos, o por el contrario exigen al menor que baje de peso a marchas forzadas.
Los trastornos alimenticios en niños generalmente conllevan un trasfondo de origen emocional, por lo que es frecuente que provengan de familias disfuncionales y recurran al abuso de la comida como un escape para llenar sus vacíos.
El tratamiento de la obesidad en niños requiere la intervención de diversos especialistas y que comprende: asesoría nutricional, apoyo psicológico y psiquiátrico, además de valoración por parte de un endocrinólogo.
Los especialistas recomiendan que los padres tomen conciencia de que el niño no puede solo con su problema de obesidad y sobrepeso, y consideran que al menor se le debe explicar que tiene una enfermedad que es curable, con un cambio de hábitos y un estilo de vida saludable. Guadalajara, Jal. (Milenio)
Especialistas del área advirtieron que si estos trastornos no se atienden de manera oportuna y adecuada, pueden llevar al menor a comportamientos autodestructivos e incluso a tentativas suicidas.
En el servicio de Salud Mental del Hospital de Pediatría se atiende un promedio de 25 niños de manera mensual con problemas de obesidad y sobrepeso, quienes manifiestan baja autoestima, rechazo y estigmatización por parte de la sociedad e incluso hostigamiento escolar.
El niño tiene una baja percepción de sí mismo y eventualmente se siente perdedor, poco inteligente, feo, e incluso desarrolla un autorechazo que lo hace aislarse por temor a ser objeto de burlas.
Aunado a esto, los menores con problemas de peso son doblemente victimizados o maltratados por sus propios padres, que ignoran que el niño está en un riesgo latente y de alguna forma incurren en el descuido al no vigilar la alimentación de sus hijos, o por el contrario exigen al menor que baje de peso a marchas forzadas.
Los trastornos alimenticios en niños generalmente conllevan un trasfondo de origen emocional, por lo que es frecuente que provengan de familias disfuncionales y recurran al abuso de la comida como un escape para llenar sus vacíos.
El tratamiento de la obesidad en niños requiere la intervención de diversos especialistas y que comprende: asesoría nutricional, apoyo psicológico y psiquiátrico, además de valoración por parte de un endocrinólogo.
Los especialistas recomiendan que los padres tomen conciencia de que el niño no puede solo con su problema de obesidad y sobrepeso, y consideran que al menor se le debe explicar que tiene una enfermedad que es curable, con un cambio de hábitos y un estilo de vida saludable. Guadalajara, Jal. (Milenio)
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